Los cigarrillos electrónicos son aparatos que entregan una cantidad determinada de nicotina, pero que no contienen los otros elementos tóxicos típicos de los cigarrillos. Por lo tanto, no son cancerígenos. Hay, al momento actual, muchos productores a nivel mundial y los cigarrillos tienen diversas formas y funciones distintas.
Cuando la persona aspira, recibe una dosis de nicotina específica (hay cartuchos de varias concentraciones) y arroja humo por la boca, pero éste es vapor de agua sin olor alguno.
¿Parece la solución ideal para el tabaquismo, verdad?
Sin embargo, los cigarrillos electrónicos son caros (alrededor de 100 dólares) a lo que hay que añadir el costo de los cartuchos, que varían en precio.
Recientemente, la FDA ha encontrado que ciertos cigarrillos electrónicos de origen chino contienen elementos tóxicos y carcinógenos, mientras que otras empresas afirman que sus productos están absolutamente libres de carcinógenos y cualquier otro tóxico.
Probablemente lo que hace falta es estandarizar la producción de los mismos, supervisando cuidadosamente los materiales hasta que cumplan con los estándares que fija la FDA para estos productos y que ha de tener en vilo a las grandes compañías tabacaleras (que no dudo hayan metido su cuchara para desprestigiar estos aparatos).
Yo fumo, pero he pensado seriamente en pasarme a los e-cigarrillos, aunque noticias como esta me hacen desconfiar un poco. Tal vez debería dejarlo y ya. Je, je.
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